Por: Dr. Iván Rodríguez Núñez
Director Magíster en Kinesiología y Rehabilitación
Universidad de Concepción
Luego de 15 meses de instaurada la actual pandemia por COVID-19, con más de 1 millón 500 mil casos positivos registrados a la fecha de redacción de esta columna y con un proceso de vacunación exitoso que ubica a Chile como sublíder en cobertura de vacunación a nivel mundial; Chile inicia un paulatino proceso de transición hacia la restauración de las libertades individuales, lo que permitirá una progresiva reapertura de servicios, centros educacionales y espacios para la práctica deportiva.
La modificación del Plan Paso a Paso, que entró en vigencia el día jueves 15 de julio, le otorgará a la población la posibilidad de retomar rutinas y actividades previamente suprimidas que, si bien permitirán mitigar muchos de los efectos secundarios derivados de las medidas de confinamiento excesivas, su reinicio no está exento de riesgos potencialmente graves si no se toman ciertas medidas preventivas, sobre todo, al momento de reiniciar la práctica deportiva luego de periodos prolongados de inactividad.
A lo largo de este año, numerosos estudios nacionales e internacionales han mostrado el abrumador impacto de las medidas de restricción aplicadas a nivel internacional sobre la carga de morbilidad, la actividad física y el fitness cardiopulmonar en la población general. Sus resultados revelan contundentemente que, durante los confinamientos, las personas han visto modificado severamente sus patrones de actividad diaria hacia una menor actividad física moderada a vigorosa y una mayor conducta sedentaria. Como consecuencia, se observa un impacto negativo en la capacidad física, el desempeño muscular, el fitness cardiovascular, respiratorio y metabólico, incrementando el riesgo de lesiones musculares y enfermedades cardiorrespiratorias, agudas y crónicas, las que podrían manifestarse al momento de reiniciar la práctica deportiva.
Por consiguiente, es de especial importancia adoptar una conducta preventiva antes de retomar aquellos hábitos de vida saludables que han debido ser postergadas durante la pandemia, como la asistencia a gimnasios, la realización de ejercicio regular de intensidad moderada-alta, así como la práctica de actividades deportivas individuales o colectivas. En este contexto, una adecuada evaluación médica y el desarrollo de algún protocolo de pre-habilitación, resultan esenciales para un retorno seguro a la práctica de ejercicio físico regular.
La pre-habilitación es un proceso de preparación y acondicionamiento previo a la actividad deportiva con el propósito de recuperar la reserva funcional de los sistemas fisiológicos implicados en el rendimiento físico con el fin de permitir una mayor tolerancia a las intensidades de esfuerzo que demanda un ejercicio determinado o la práctica de algún deporte. Un programa de pre-habilitación considera la individualización de la modalidad, la intensidad, la duración y la progresividad. Para esto, la asesoría profesional (kinesiólogo) es esencial para el desarrollo de un diseño basado en evidencia, considerando el cuadro fisiopatológico de cada persona, con el propósito de promover un retorno seguro y sin riesgo a las actividades deportivas principalmente en personas mayores o quienes padecen alguna condición crónica de salud.
En el actual escenario en que nos aproximamos a la reducción progresiva de las medidas de restricción social, resulta menester advertir que el reincido de la actividad física sin una adecuada supervisión profesional puede poner en riesgo nuestra salud, especialmente la de aquellos pertenecientes a grupos potencialmente vulnerables, como personas mayores, individuos obesos o usuarios con condiciones crónicas de salud con consecuencias que podrían eventualmente contrarrestar los beneficios sobre la calidad de vida y bienestar multidimensional del aumento de los espacios de libertad otorgados por la autoridad, con la modificación del Plan Paso a Paso.